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Diálogo entre Vassula Rydén y la CDF


Preámbulo

En 1995, la congregación para la Doctrina de la Fe (CDF) emitió lo que se llama una Notificación acerca de la Sra. Vassula Rydén. La Notificación fue enviada a todas las Conferencias Episcopales católicas del mundo. Como declara la Notificación, la investigación que condujo a su publicación "puso de manifiesto – junto a aspectos positivos – una serie de elementos básicos que deben considerarse negativos a la luz de la doctrina católica."

La Notificación de 1995 fue confirmada por una segunda Notificación un año más tarde, que creó cierta confusión por el hecho de que la primera Notificación salió sin firma: además, esta segunda Notificación también pedía a los obispos que limitaran la extensión de los escritos y las actividades de la Sra. Rydén en sus respectivas diócesis.

Esta era la situación respecto a la Sra. Rydén y sus libros, titulados La Verdadera Vida en Dios, cuando yo llegué a Roma a finales de agosto de 1997. Había adquirido mi máster en Teología en la Facultad de Teología de la Universidad de Copenhague, una universidad estatal casi por completo inspirada en una herencia teológica luterana. Por lo tanto, como católico romano, lo natural en mí era proseguir mis estudios de postgrado en Roma.

Fui inscrito en la Pontificia Universidad Gregoriana y allí continué mi investigación sobre la teología de la profecía cristiana bajo la dirección del profesor P. Elmar Salmann, del Pontificio Instituto de San Anselmo.

Habiendo leído obras del Cardenal Ratzinger, me aventuré a pedirle una entrevista sobre el tema de la profecía cristiana. Primero se lo pedí después de una de las misas matutinas de los jueves, en el seminario alemán de Campo Santo, dentro del Vaticano. El Cardenal Ratzinger estaba presente en la mayoría de esas misas matutinas, y yo asistí a muchas porque se decían en mi lengua materna, el alemán, y se celebraban con gran belleza. En las épocas de grandes peregrinaciones la iglesia estaba atestada, pero fuera de los meses punta, estábamos sólo los seminaristas y un par de residentes alemanes en Roma. En esa celebración en particular, yo estaba con la profesora Yvonne Maria Werner, de la Universidad de Lund, Suecia, que ha traducido libros escritos por el Cardenal Ratzinger y está muy versada en su teología. Nos acercamos juntos y le pedimos una entrevista. Él contestó amablemente que debía escribir a la CDF solicitándolo, cosa que hice.

19.02.98 - La mencionada carta solicitando la entrevista con el Cardenal Ratzinger fue enviada el 19.02.98. Recibí una respuesta positiva del secretario personal del Cardenal Ratzinger, en ese momento Mons. Joseph Clemens.

16.03.98 - La entrevista tuvo lugar un mes más tarde, en la sala de audiencias de la CDF. La profesora Werner estuvo presente durante la entrevista. Yo había enviado mis preguntas con antelación al Cardenal Ratzinger que se había preparado magníficamente. La entrevista duró 50 minutos y el Cardenal estuvo muy elocuente, mostrando un nivel de reflexión apto para la imprenta casi a la letra. Después de transcribirlo y revisarlo, envié el texto a la CDF para su aprobación y lo recibí de vuelta algunas semanas más tarde, con correcciones menores.

Cuando le hice la última pregunta sobre la Sra. Rydén (ver la entrevista aquí), su voz cambió de repente, levantó los brazos y exclamó: "Oh, ése es un tema amplio y problemático. ¡Quizá sería mejor dejarlo por ahora!” Me permití insistir: "La gente ha dicho que la Sra. Rydén ha sido condenada por el Vaticano ¿Es eso cierto?"

Su respuesta fue inmediata: "No, no es cierto. La Notificación es una advertencia, no una condena. Desde el punto de vista estrictamente procesal, nadie puede ser condenado sin juicio y sin que se le dé la oportunidad de exponer primero sus ideas. Lo que nosotros decimos es que hay algunos elementos apocalípticos discutibles y aspectos eclesiológicos que no están claros. Sus escritos contienen muchas cosas buenas, pero el trigo y la cizaña están mezclados. Por eso hemos invitado a los fieles católicos a enfocarlo todo con una visión prudente y a medirlo con la regla de la fe constante de la Iglesia."

Pregunté: "¿Continúa el procedimiento para aclarar la cuestión?"

El Cardenal Ratzinger contestó: "Sí, y durante el proceso aclaratorio los fieles deben ser prudentes, manteniendo una actitud de discernimiento. No hay duda de que existe una evolución en los escritos que no parece haber concluido aún. Debemos recordar que posicionarse como la palabra e imagen de contacto interior con Dios, incluso en los casos de auténtico misticismo, depende siempre de las posibilidades del alma humana y de sus limitaciones. El crédito sin límites solo debe concederse a la auténtica Palabra de la Revelación que nos encontramos en la fe transmitida por la Iglesia."

29.05.98 - El 29.05.98 envié una carta al Cardenal Ratzinger pidiéndole permiso para publicar la entrevista en los periódicos escandinavos Signum y AC Revue, una vez que recibiera las correcciones de la CDF. Más adelante recibí el permiso de publicarla en otros medios: Communio, 30 Giorni y otros.

23.01.99 - El 23.01.99 envié una carta al Cardenal Ratzinger en la que expresaba mi preocupación por las duras palabras ("el trigo y la cizaña están mezclados") pronunciadas acerca de la Sra. Rydén. Tiempo después me volví a encontrar con él en Campo Santo y hablamos de ello. En ese momento se mantuvo inflexible sobre dicha crítica. Cuando le pedí que reconsiderara las palabras concernientes a la Sra. Rydén, que "el trigo y la cizaña están mezclados", respondió rápidamente: "¡Bueno, lo están!" Fin del asunto. En aquel momento el Cardenal Ratzinger estaba todavía convencido de que había elementos malsanos en los escritos de la Sra. Rydén.

Ésa era la situación cuando hablé con la Sra. Rydén sobre la posibilidad de un diálogo formal con la CDF. La Sra. Rydén sabía que el resultado podía ser peor que la Notificación de 1995. La Notificación había sido sólo una advertencia, como había dicho el Cardenal Ratzinger durante la entrevista. Sin embargo, un diálogo formal podía resultar en una condena si, tras el diálogo, la CDF juzgara heréticos los escritos. Puesto que la Sra. Rydén está absolutamente convencida de que dichos escritos tienen su origen en Cristo mismo, no pareció dudar un segundo en asumir tal riesgo y estuvo por tanto dispuesta a entablar un diálogo con la CDF.

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